lunes, 22 de febrero de 2010

¿Y esto para qué?

Hace un tiempo tuve un blog. Era mi vía de escape, era una especie de diario on-line que me permitía decir todo aquello que me pasaba, tanto por la cabeza como en la vida. No tengo muy claro si el hecho de escribirlo fue bueno o malo. Gracias a él conocí a personas que de una u otra manera aún están en mi mida, quiero creer que lo están. A veces pienso que el blog también fue la causa de los muchos quebraderos de cabeza que provocaron el cierre del mismo.

Antes de comenzar a escribir estas líneas, he dado una vuelta por la red, por si alguno de los antiguos blogs que visitaba aún existen y prácticamente todos han desaparecido. Aún así, he encontrado uno, cuya última entrada era de 2007 y toda la historia a vuelto de nuevo a mi cabeza.

Recuerdo que cuando se produjeron los atentados de Madrid, supe por ese blog que su escritora había estado en la estación de atocha y sufrió el atentado en primera persona. A raíz de contar su experiencia en el blog, un lector comenzó a escribirla, a modo de apoyo. Esto lo sé porque también le pasó a otra amiga de Madrid. Finalmente este lector pasó a ser algo más. Con el tiempo me distancié del blog, pero de tanto en tanto a veces volvía a curiosear entre las nuevas entradas, con el tiempo vi que esa relación había acabado en matrimonio y que esperaban un bebé.

Hoy descubro con angustia, en esa última entrada que he leído, que perdió el bebé y de nuevo vuelvo a pensar que la realidad, supera con creces a cualquier melodrama que nos quieran vender desde Hollywood.

No sé que escribiré a partir de hoy, ni con qué frecuencia. Pero esto es un principio y puede que no un final.

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